viernes, 22 de abril de 2016

Primer tema teoría 3ª Evaluación

RELIGIÓN GRIEGA
Las dos civilizaciones clásicas de Occidente, Grecia y Roma, poseen una tradición religiosa formada en unas condiciones geográficas y circunstancias históricas peculiares

Los albores de la civilización en Grecia
Los pueblos que llamamos griegos hablaban una lengua de tipo ario emparentada con el latín, el sánscrito y las lenguas célticas y teutónicas, y descendías de un grupo de tribus indoeuropeas cuyos antepasados se habían infiltrado paulatinamente en Europa desde las llanuras al norte y este del Mar Caspio.

Cada una de estas tribus era un Estado soberano, organizado como una nación en miniatura, con una cultura rica y variada y un intenso patriotismo local. No encontramos un gobierno centralizado, lo cual no impidió que entre estos grupos aislados de origen mixto se fuera abriendo paso gradualmente un sentido de unidad racial. De este modo, en el s.VII a.C se autodenominaban ya helenos, por creer que todos ellos descendía de un mismo antepasado mítico, Heleno ( de un modo muy similar a como los hebreos se consideraban descendientes de Jacob, de quien igualmente habían tomado su nombre, Israel)
Si los judíos llamaban a los no israelitas goyim (gentiles),así también los griegos de épocas más avanzadas llamarían bárbaros a los no helenos y pelasgos al resto de población anterior, con la cual compartían la misma lengua.

A principios del segundo milenio antes de Crsito llega a Grecia un pueblo de cabellos castaños, a quien homero designó con el nombre de aqueos. Todo indica que fueron estos los que crearon esa cultura meridional que el mundo moderno conoció gracias a las excavaciones efectuadas en Micenas y Troya y a un hombre, Schliemann, cuya fe inquebrantable en la veracidad histórica de la Iliada y la Odisea le impulsó a desenterrar los restos de nueve ciudades sucesivas en Troya, y a pasar después a Micenas para poner al descubierto los seis sepulcros de foso reales que contenía su ciudadela.
A esta cultura se la ha llamado micénica por ser su estación más famosa esa localidad, situada cerca de Argos en el Peloponeso. Era el eslabón entre Grecia y las islas adyacentes del Mediterráneo.